Fotografía culinaria con flash: Crea un look natural

Aunque tal vez sea extraño comenzar una entrada sobre fotografía con flash así: me encanta la luz natural. En la vida real y en la fotografía. Me resulta inimaginable trabajar en un espacio sin ventanas al exterior. Me encantan las ventanales grandes que inundan de luz a los espacios. Nunca cierro las persianas porque quiero ver la luz del día en cuanto me despierte por la mañana. Me encanta el reto de usar la siempre cambiante luz del día en mi fotografía culinaria. Estudiar como cambia al largo del día y cómo la puedo manipular para conseguir el mejor resultado. Dicho esto, puede ser limitante no tener conocimientos sobre luz artificial. Pienso especialmente en situaciones donde la luz disponible dista de ser ideal. Y en los días cortos de invierno. Las que estamos con niños durante el día o las que tengáis un trabajo aparte de la fotografía estaréis de acuerdo en que a veces no alcanzan las horas de luz. Sé que algunas fotógrafas temen la luz natural porque es menos controlable que la luz artificial. Pero para mi fue lo contrario. La luz artificial me parecía toda una ciencia difícil de aprender. Algo muy técnico. No sabía por dónde empezar.  Y esta sensación me paralizaba. ¿Te suena?

En cierto momento conseguí un trabajo que me obligó a quitar el polvo a mi flash, investigar cómo usarlo y empezar a experimentar. Fue un trabajo en un lugar cerrado, en invierno, a partir de las seis de la tarde y no iba a haber absolutamente nada de luz natural. Me tomó un tiempo entender qué necesitaba para usar mi flash, pero no en la cámara (en fotografía culinaria crea un sujeto plano, sin profundidad y no favorece), sino remotamente. Al final compré un disparador remoto, un softbox y un trípode para luz y empecé a experimentar. Y quedé sorprendida, porque realmente no es difícil conseguir un look natural con flash si se usa de esta manera. Sin equipo complicado, ni caro, y sin necesidad de conocimientos demasiado técnicos. 


Para las que sintáis el mismo miedo y parálisis ante la luz artificial, he creado una guía gratis sobre cómo empezar con flash, paso por paso. La podéis descargar aquí. También he escrito una entrada detallando todo lo que tengo y uso para sacar fotos con flash que podéis consultar aquí (de momento sólo en inglés). 


Si quieres crear un look natural con flash, el secreto está en usar las mismas técnicas que usarías para luz natural. En fotografía culinaria es preferible tener una única fuente de luz, normalmente una ventana, o en nuestro caso el flash, o mejor dicho, el difusor/softbox. Pequeñas fuentes de luz como podría ser el sol (ya sé, el sol es enorme, pero al estar muy lejos, para nuestros efectos, lo consideramos una fuente de luz pequeña), crean sombras duras (donde fácilmente distinguimos el contorno) y fuentes de luz más grandes crean sombras suaves o difusas. Mayoritariamente, fotografiando alimentos, la luz suave y difusa es la más favorecedora. Cómo el flash es una fuente de luz pequeña, necesitaremos un difusor o softbox para crear luz más suave. Además, cuánto más cerca de nuestro sujeto esté posicionada la luz, más suave será esta. Así que para una luz lo más suave posible, querremos un difuso o softbox lo más grande posible, posicionado muy cerca de nuestro sujeto. Dependiendo de tu visión creativa, se puede poner al lado o por detrás. La luz lateral es la más utilizada en fotografía culinaria, ya que crea profundidad y dimensión. Pero la luz de detrás es una opción muy interesante para hacer brillar una ganache de chocolate o para alimentos medio transparentes como pueden ser algunas bebidas o las hojas de una ensalada.  

Ejemplo para luz lateral y luz de atrás. 


De nuevo, si queréis ver cómo creo estas fotos, cómo ajusto cámara y flash y cómo editar imágenes tomadas con flash, podéis descargar mi guía gratis

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